lunes, 12 de diciembre de 2011

LA CONQUISTA ESPIRUTUAL

Con la caída de Tenochtitlan y sus alianzas con diversos señoríos indígenas, los españoles se adueñaron del centro de lo que ahora es México. En los años siguientes fueron extendiéndose hacia el occidente, el sureste y el norte. Los territorios más difíciles de someter fueron los del norte, pues las tribus seminomadas de Aridoamérica carecían de ciudades, estaban formadas por grandes guerreros y no querían cambiar su forma de vivir.
Los chichimecas atacaban a los españoles por sorpresa, eran muy resistentes y para pacificarlos los españoles finalmente tuvieron que ofrecerles caballos, reses, ropa y convencerlos de que vivieran en pueblos.  Algunas tribus conservaron su independencia hasta principios del siglo XX.
Los religiosos para poder evangelizar tuvieron que aprender las lenguas de la Nueva España, según llamo Cortes a las tierras conquistadas. En ellas predicaron, y publicaron vocabularios, gramáticas y catecismos. Estudiaron a la gente que querían convertir, para comprenderla mejor. Fundaron colegios para educar a los hijos de los señores, que al crecer gobernarían a su gente. Allí los niños aprendían la doctrina cristiana, español, latín, música y pintura.
Llegaron varias organizaciones religiosas: primero los franciscanos, dominicos y agustinos; más tarde los jesuitas. Bautizaron a miles de latinos en ceremonias masivas. Destruyeron templos, códices e imágenes indignas, que consideraban obra del demonio. Querían sustituir con el cristianismo las antiguas creencias.

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